Es la asistencia guiada por procedimientos médicos realizados por rutina. Estos procedimientos son practicados sobre una embarazada sana, sin riesgo elevado para ella o para su niño por nacer. * Los procedimientos habituales son: * Internación intempestiva (sin que exista un franco trabajo de parto). * Rasurado vulvar y enema evacuante. * Inducción de las contracciones por medios farmacológicos (intravaginales o por goteo intravenoso). * Limitación de la movilidad de la mujer al mantenerla acostada. * Conducción farmacológica de las contracciones con un goteo intravenoso de ocitocina (refuerza la inmovilidad). * Auscultación (monitoreo) electrónico permanente de los latidos cardíacos del niño por nacer (refuerza más la inmovilidad). * Anestesia peridural de rutina. * Período expulsivo en sala de partos, acostada y con las piernas elevadas y sujetas en estribos (lo que se denomina posición de litotomía). * Corte de la vulva sistemático (llamado episiotomía) para el nacimiento. * Inmediata ligadura del cordón umbilical. * Inmediata separación del recién nacido de la vista y el contacto con la madre. * Realización sistemática de procedimientos y maniobras sobre el recién nacido sin evaluaciòn de su estricta necesidad.
Yo parí por cesárea, y por cesárea yo parí. Y se creó la puerta sagrada, Para ti y para mí. Y pongo las manos en mi vientre, y susurro para mí: Gracias cicatriz querida, por lo mucho que aprendí. Yo parí por cesárea, y por cesárea yo parí. Y honro este portal de vida, por donde yo renací. Como madre, como hija, como mujer sin fin. Gracias cicatriz querida, por formar parte de mí. Porque tu custodias bien, el dolor que padecí. Un dolor que hoy yo transformo En sabiduría para mí. Yo parí por cesárea, y por cesárea yo parí. r> Gracias cicatriz querida, tú y yo unidas al fin. Y mi parto fue digno y bueno, y mi parto me enseñó, a inclinarme ante la vida más allá de mi corazón. Una madre Mónica Manso Porque todos los partos son ritos de paso, tanto un parto en casa como una cesárea, tanto uno natural, como uno con peripidural. Cada mujer pasa por él con sus herramientas biológicas, emocionales y espirituales y ninguna es mejor que otra por haber parido con o sin intervención del exterior. Cada una tiene la experiencia que necesita para seguir avanzando, aprendiendo y creciendo en la vida. El portal sagrado se abre para todas, sin excepción.
Concepto frecuentemente usado que designa en general el deseo de evitar las intervenciones que definen al parto medicalizado. También se lo usa como oposición al parto por cesárea. El término resulta ambiguo al reducir la idea del parto solamente a aspectos vinculados al tipo de intervenciones a evitarse. Es usado e interpretado en ocasiones, como la ausencia de cuidados y una vuelta al "mundo primitivo".
EEs una intervención quirúrgica cuyo fin es extraer y producir el nacimiento de un niño a través de la pared del abdomen. En estos tiempos el paradigma es la conducción del parto con todas sus intervenciones y herramientas tecnológicas en desmedro de aquellas prácticas que faciliten el despliegue de los aspectos emocionales de la experiencia del parto y el nacimiento.El dispositivo asistencial encuentra a parteras y médicos desconectados de las emociones de la mujer y sujetos a sus propias necesidades. Esto los alejan de las posibilidades de dedicarse íntegramente a acompañar a cada madre. Se recurre con frecuencia a la inducción, para provocar artificialmente el trabajo de parto, y a la conducción del parto con medicación y otros recursos, para que se desarrolle en el menor tiempo posible. Tal proceso de medicalización ha elevado en forma injustificada el porcentaje de cesáreas, que en algunos ámbitos urbanos de distintos países, alcanza cifras de hasta alrededor del 90 % de los nacimientos. Es cierto que un número creciente de mujeres se alarman frente a estas cifras y sienten que se abusa de ellas por las prácticas imperantes y la inconsistencia de muchos argumentos médicos que no pueden explicar. Así consideran que no han parido con la consecuencia de la frustración de sus deseos de parir a raíz de lo que consideran una violencia obstétrica. Y algunas de ellas suelen ser futuras madres fuertemente impregnadas de un naturalismo esencial y fundamentalista que se traduce en que éste procedimiento significa no parir. Se encuentran desbordadas por un sentimiento de frustración y fracaso, que en situaciones extremas causa un persistente dolor por lo que "no pudieron", y que es difícil de sobrellevar. Por otro lado es una práctica deseada por muchas mujeres, que ven en éste procedimiento -en forma consciente o inconsciente-, una manera de sortear los fantasmas vinculados a la experiencia del parto vaginal y el dolor. Lo que sí debemos decir es que la operación cesárea es un extraordinario recurso que, correctamente indicado, resuelve significativamente alteraciones de la salud del niño (ubicación para nacer, sufrimiento fetal, etc.) y/o de la madre (alteraciones de la salud en el embarazo, etc.). Debe indicarse con precisión y cautela durante el seguimiento de la fisiología natural, y pensando que una cesárea innecesaria deja una impronta biológica y emocional que tendremos que enfrentar más adelante. Con dolor, con alivio, con gozo o con rabia, siempre queda una marca. El dispositivo de asistencia durante la operación no debe privar a la madre de la presencia de su pareja o familiar que ella necesite a su lado
Esta alternativa de parto se encuentra en general muy desestimada porque se la considera de alto riesgo para la mujer y el niño. Existe suficiente experiencia en distintos lugares del mundo, en la que la asistencia domiciliaria se realiza bajo un marco de seguridad profesional. Holanda, país líder con un 35% aproximado de atención domiciliaria favorecida desde la Salud Pública, cuenta con las mejores estadísticas mundiales de salud materno-infantil. Es un mito común en nuestro país que esta atención sólo es posible con una ambulancia en la puerta o en paises del Primer Mundo. Sin embargo, hay numerosa evidencia que demuestra que la atención en el domicilio, con adecuados cuidados asistenciales es tanto o más segura que en una Institución. Nuestro equipo lleva asistidos numerosos partos domiciliarios satisfaciendo los criterios de seguridad.
El parto en el agua no es un "método", ni existe una fórmula especial de aplicación . Es sencillamente un elemento eficaz que favorece que los sistemas hormonales y nerviosos actúen armónicamente, facilitando así la relajación, la analgesia y la dilatación del cuello del útero. El agua cálida durante el parto, reduce la producción de adrenalina, hormona que tensa el cuello y provoca retraso en la dilatación. Estos son los motivos por los que el agua favorece y acorta el período de dilatación. Además, algunas mujeres optan porque el nacimiento se produzca en el agua recibiendo ellas al recién nacido y colocándolo en su regazo. ( ver artículo Parto en el agua ).